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Impresión 3D o fabricación aditiva

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Ana Isabel Manzano

AERTEC / Aerospace Industry

 

La impresión 3D o fabricación aditiva, tan mencionada en los últimos años, está propiciando una evolución en los procesos de fabricación en diferentes sectores como, por ejemplo, el de la orfebrería, el odontológico, la automoción y, como cabía esperar, la industria aeroespacial o aeronáutica.

La impresión 3D o fabricación aditiva permite crear piezas repetibles y de calidad uniforme.

Principalmente se ha utilizado en la creación de prototipos dada su rapidez y bajo coste, así como su facilidad para diseñar sin las restricciones marcadas desde el punto de vista de la fabricación convencional. Al tratarse de una construcción capa a capa desde el interior, optimizando la fabricación del producto en cada momento, se pueden eliminar algunas etapas intermedias y materializar el producto en menor tiempo. Esto permite ajustar los precios de forma significativa. A la vista de las múltiples ventajas de este tipo de fabricación, pronto ha ido captando el interés para otras nuevas funcionalidades, permitiendo evolucionar y generar a su vez nuevas eficiencias en los procesos de fabricación.

Como ejemplo, actualmente existen drones especializados construidos mediante fabricación aditiva, hechos a medida para su utilización en labores propias de la agricultura. Estos drones se fabrican con materiales plásticos, teniendo en cuenta características como alta resistencia y bajo peso. Si es necesario, se terminan añadiendo otras piezas para ir tomando la forma que requiera el diseño ideado para cumplir con su finalidad.

La impresión 3D puede ser de utilidad en ocasiones en las que se necesite ser surtido de útiles y herramientas fabricadas a medida, como por ejemplo en operaciones y campamentos militares, viajes aeroespaciales, etc. O para fabricar partes obsoletas pero necesarias en la reparación de máquinas imposibles de obtener en otras circunstancias, pudiendo prescindir del stock que se invierte en reparaciones, reduciendo el coste de las sustituciones de piezas en tareas de mantenimiento, por ejemplo.

Los objetivos principales de la fabricación aditiva son reducir el tiempo y eliminar las restricciones de diseño dependientes del método de producción. Al ser una fabricación capa a capa desde el interior en vez de fabricar a partir de un bloque de material, permite crear diversas geometrías que no son posibles de conseguir mediante otros métodos convencionales, pudiendo conseguir una estructura mucho más ligera que llega incluso a prescindir del ensamblado. De esta forma, no serían necesarias muchas herramientas y piezas adicionales de las que actualmente se usan y tampoco habría necesidad de establecer líneas de montaje en este sentido, por lo que se reducen notablemente los tiempos de entrega.

Al ser una fabricación constructiva, también se reduce la pérdida de material en la producción con el consiguiente ahorro en materia prima, características que se deben tener en cuenta para la reducción de los costos industriales.

El sector aeronáutico exige a cualquier proveedor dos requerimientos imprescindibles, la eficacia y la seguridad, promoviendo así la realización de tareas repetitivas, trazables y eficientes con las mínimas tolerancias posibles. La impresión 3D o fabricación aditiva permite crear piezas repetibles y de calidad uniforme, permitiendo por su bajo coste y facilidad de diseño aportar múltiples ventajas en la creación de piezas. No son tanto estructurales como interiores de cara a la personalización y acondicionamiento interior de las aeronaves, por lo que es así gran candidata a entrar en el mercado fabricación de piezas aeronáuticas.

Actualmente se está analizando en profundidad el desarrollo y las propiedades de los componentes metálicos para elementos fabricados por métodos tradicionales, como el mecanizado, y su posible adaptación para su producción mediante fabricación aditiva usando material en polvo y su unión por láser.

También hay que tener en cuenta que la impresión 3D no siempre presenta ventajas frente a la fabricación tradicional, la primera que nos puede venir a la mente es la disminución de puestos de trabajo. La fabricación propia y el poder prescindir de la maquinaria y método tradicional pueden implicar una reducción de la mano de obra en la manufactura. Por otro lado, el hecho de poder replicar tan fácilmente objetos que tengan registrados los derechos de autor puede suponer una vulneración del copyright. Por último, la facilidad de acceso a este tipo de fabricación, dado que no está regulado el uso personal de las impresoras 3D, puede dar lugar a un uso malintencionado, con el peligro que conlleva la posibilidad de replicar, por ejemplo, armas de manera descontrolada.

A pesar de todo, la fabricación aditiva tiene aún mucho camino por recorrer y poco a poco iremos descubriendo sus nuevas aplicaciones y campos de uso, aprovechando la versatilidad que nos ofrece este modelo de elaboración.

 

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